En una economía más dinámica, las empresas deben tomar decisiones oportunas y acertadas para llegar a sus clientes y seguir creciendo. Las herramientas tecnológicas son de gran ayuda en una era dónde la inmediatez es de suma importancia y más cuando hablamos de información.
La industria financiera se ha caracterizado por ser una de las que más administran datos para su proceso y toma de decisiones. El procesamiento de datos además de ser súper importante, es uno de los procesos que más cuidado y detalle requiere y esto puede representar un costo importante.
Actualmente, la apertura de nuevos mercados y la diversificación de la oferta están regidas por el crecimiento y el alcance de las metas. Este a su vez debe responder al contexto que tenga la región o el país. Este concepto gestó el término “Inclusión Financiera” cómo una forma de inclusión a quienes no aplican por diversos motivos a un crédito o ahorro bancario.
Por otro lado y de gran importancia, las instituciones bancarias necesitan modernizar su infraestructura de servicios y ofrecer experiencia, esto sin aumentar sino más bien disminuir los costos operativos e incrementar la eficiencia en sus procesos.
La analítica y el Big Data, se presentan como una de las propuestas que ofrece la transformación digital. A través de estas alternativas se dinamiza el proceso de datos para facilitar la captación y agilizar el proceso de colocación.
Estas características colaboran en las prácticas de inclusión financiera pues identifican formas de medición de procesos fortaleciendo las estrategias de crecimiento y efectividad. La localización de proveedores, los canales y los líderes bajo el monitoreo constante y la expedición de informes periódicos según se requiera.
Existen ejemplos de plataformas de visualizaciones y análisis de datos sobre la prestación de servicios al sector microfinanciero. Este tipo de plataformas permite el acceso y el uso de servicios financieros de calidad a zonas vulnerables o de escasos recursos económicos.