Los expertos aseguran que la transformación digital cambiará prácticamente todos los sectores productivos, pero esta ola digital afectará en primera instancia a aquellas organizaciones que tienen relación directa con clientes finales, entre ellas, la banca.

Sin embargo, antes de que afecte este nuevo paradigma, podemos aprovecharlo con estrategias integrales que involucren la capacidad del recurso humano, su implementación y las herramientas tecnológicas del mundo actual.

Los expertos afirman que bajo estas estrategias se pueden cumplir objetivos relacionados a la fidelización del cliente, optimización de recurso humano, mejora de imagen, marca y productos, capacidad de pronosticar y proyectar cambios en el mercado, fusiones de experiencias online y offline bajo la consolidación de canales sociales.

Uno de los grandes beneficios que tiene la Transformación Digital es el impacto en el costo operativo pero de manera positiva pues se abarcan nuevos mercados de forma rápida y más sencilla disminuyendo de forma considerable la inversión a comparación de años atrás.

La automatización y agilidad de los procesos será uno de los cambios en las costumbres de los consumidores, si esto no sucede la experiencia al cliente no será satisfactoria por lo tanto se debe trabajar en modificar los procesos y trasladarse al mundo digital.

Pero pensando en disminuir costos, será en la ganancia comparada en la inversión en dónde se verá la diferencia. Si es más rápido, será mejor la experiencia, más se podrá producir y para más consumidores.

En este punto entra en juego el efecto dominó: procesos rápidos, mayor alcance, clientes felices, mejor experiencia y su vez, fidelización y atracción de nuevos clientes, esto genera una mejor imagen, si lo anterior se hace de esa forma.

Si el resultado es contrario es poco probable que en la era de la información se tenga una buena percepción de la institución.