Es una alternativa de crecimiento para las Sofomes, Sofoles, microfinancieras y uniones de crédito dado el entorno actual de la baja bancarización y el poco o nulo apoyo financiero a una gran parte de las unidades productivas en el país.
La actual conformación del sistema financiero mexicano y las inminentes modificaciones a las deposiciones de carácter general en las instituciones do crédito, y en concreto, en la nueva figura de banca de nicho, posibilitan la migración hacia otras figuras que les permitan un crecimiento más sano basado en mejores niveles de capitalización, regulación justa y eficiente, que a la vez les signifique la atención de un nicho específico de mercado, región o especialización.
El bajo nivel de bancarización de México, comparado con los otros países latinoamericanos, impide que los servicios financieros lleguen a un alto porcentaje de la población y ocasiona el uso de prácticas financieras costosas, como es el caso de los empeños u otros mecanismos escasa o nulamente regulados.
El banco de nicho se presenta como la figura más adecuada en la transición de algunos de los intermediarios financieros no bancarios como las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles), las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), las uniones de crédito y las microfinancieras.
El requerimiento mínimo para una institución es de 34 ó 35 millones de UDIS, que es equivalente a 160 ó 180 millones de pesos, sin embargo en este segmento no se puede captar, por lo que el segundo nivel de capital es como 270 millones de pesos.
Algunas de las entidades autorizados hasta el momento son Agrofinanzas, Bicentenario, Forjadores de Negocios y PagaTodo.