La economía del mundo se encuentra en una evolución profunda con cambios inimaginables y formas que parecen salir de una película de ficción. La digitalización ha arrasado con todos y cada uno de los sectores de producción y la economía ha sido uno de las más afectados.
En los últimos meses se ha hablado de la cadena de bloques o “blockchain” como una oportunidad de valor por medio de la seguridad y la transparencia con la que funciona su ADN.
La adopción de esta tecnología ha incrementado su importancia en la economía digital. Se habla de grandes beneficios en proceso de maduración a lo largo de los próximos diez años.
El registro de transacciones digitales se integra en una base de datos pública y descentralizada que permite el intercambio de datos, incluyendo operaciones financieras a través de las criptomonedas.
Su uso no solo serviría para el sector finanzas, sino que puede funcionar en el ámbito legal, comercio electrónico, transparencia de gobierno o incluso en el internet de las cosas.
Pero regresando al tema finanzas, la cadena de bloques funciona como un sistema que registra la transacción con criptomonedas como bitcoin o Ethereum.
Al igual que una operación en el banco, la tecnología registra el movimiento y este, a diferencia de la banca, no es administrado por la institución, sino por miles de personas. Las operaciones se actualizan y los registros se documentan con un emisor y un receptor de dicho pago.
La descentralización de su sistema ofrece un umbral de seguridad para los movimientos, de manera que, si un ciberdelincuente quisiera acceder, tendría que hacerlo a todos los servidores.
La llegada de esta tecnología tiene y tendrá un impacto en la estrategia, los clientes y en las operaciones del sistema económico. La adopción del Blockchain hará que en el 2025 este modelo transaccional sea implementado en todas las industrias, especialmente en el mercado financiero.
La consideración de los factores servirá como un motor para acelerar la economía digital. La generación de valor a través del Blockchain se convierte así en una oportunidad y pero a la vez un reto para los líderes, que deberán de observar esta adopción como una apuesta en la rentabilidad del negocio.